Supere el mayor miedo que había para mi

Os voy a contar mi experiencia en el Campamento Compartiendo Motivos, un antes de llegar al campamento y un después.

Este campamento lo descubrió mi madre por Esther, quien la comentó de apuntarme. Mi madre me dió la idea de ir a este campamento porque era de niños con amputación de algún miembro.

La idea era superar la amputación de mi pierna, no ponerme límites en la vida e intentar salir a la calle con pantalones cortos. Esto último, para mí era el objetivo más difícil, porque nunca me puse unos pantalones cortos después de la amputación.

Este campamento comenzó el 25-8-18, y durante este tiempo toda mi experiencia ha sido increíble, tanto con los monitores como con los amigos.

Todos los días hacíamos actividades, retos que nos daba miedo superarlos (tirolina, escaladas…) y el trabajo de los monitores es tan increíble que a mí me ha llenado, y de hecho, para el campamento del año que viene querría ser premonitor/monitor.

Esta experiencia es una de las mejores de toda mi vida y gracias a eso ya no tengo miedo a nada.

Uno de mis miedos principales era salir a la calle en pantalones cortos y os voy a contar cómo lo he superado:

Todo comenzó una tarde con mi grupo de amigos (Unai, Roi e Izei). Yo perdí en un reto y como ellos sabían que tenía ese miedo (salir en pantalones cortos) para superarlo, estuvimos hablándolo durante toda la tarde y al final me convencieron, y al día siguiente fuimos al parque warner como me dijeron, y al principio lo pasé mal, porque tenía miedo de que la gente me dijera algo, pero luego me fui acostumbrando a las miradas de las personas, y tampoco le dí importancia a lo que la gente pensara, y resultó que durante todo ese día lo pasamos genial, y sobretodo yo, que al final después de años supere el mayor miedo que había para mi.

Desde ese día, siempre voy con pantalones cortos, porque no hay mayor miedo que el poder superarlo con los amigos y con la familia.

Y aprovechando este testimono, quería dar mis agradecimientos:

Principalmente a mi madre, por apoyarme, por ayudar a superarlo y por apuntarme a este campamento; continúo con mi grupo de amigos que son las mejores personas que he conocido, y que si no fuera por ellos, ahora mismo no sería la persona que soy, una persona sin miedos. Siguiendo por esther, que ha sido como mi madre en el campamento, que se preocupaba por todos, siempre estaba pendiente de lo que nos pasaba y sobre todo siempre nos recibía con una sonrisa en el rostro. Y por último a mi monitor, que es uno de los mejores monitores que había en el campamento.

No encuentro nada negativo en el campamento, todo el equipo son los mejores, y no sé como cosas tan pequeñas te pueden marcar tanto y convertirse en algo inolvidable.

El año que viene más y mejor. Un fuerte abrazo!

Andres

Experiencias que son lecciones de vida

Tengo que reconocer que en el momento en que Esther (Presidenta de AFANIP) me invitó a acudir al Campamento “Compartiendo Motivos” no me lo pensé, como si de un resorte se tratara, al mismo tiempo la contestaba: ¡CUENTA CONMIGO! Hay que matizar que esto sucedía seis meses antes de que tuviera lugar el campamento.

Después de esa impulsiva respuesta pasó absolutamente de todo por mi caótica cabecita:

  • Miedos: ¿sabré gestionar mis emociones? Y dependiendo de esta respuesta…¿podré acompañar a los demás a que las gestionen?
  • Dudas: si hacemos una sesión  de Lego Serious Play… ¿Podrán construir con sus prótesis? ¿Se producen las mismas conexiones neuronales a pesar de la ausencia de una extremidad superior?
  • Inseguridades: ¿Qué puedo aportar yo para que el Campamento, más si cabe, aporte valor a lxs niñxs y, en consecuencia, a sus familias?

 

En fin, como podéis comprobar, durante los seis meses previos al Campamento creo que por mi cabeza pasaron todo tipo de pensamientos que, por otro lado, se disiparon en el minuto uno en el que compartí viaje desde Castro Urdiales (Cantabria) hasta la Sierra madrileña, donde se encuentra el Albergue, con Eneko e Izei. Dos chavales, ya adolescentes, con una capacidad de superación increíbles!

Seamos sincerxs, es evidente que los límites mas limitantes, valga la redundancia, nos los ponemos nosotrxs. Evidentemente no contar con un brazo o una pierna, e incluso con las dos, no impide, no, sólo nos dificulta hacer determinadas tareas de nuestro día a día. La convivencia con estxs GRANDES SUPER HÉROES me recordó que:

“Tanto si crees que puedes como si no, estás en lo cierto” (Henry Ford)

Lo realmente importante es, no solo que cada unx de nosotrxs transformemos dichas creencias, sino que además no caigamos en lo que para mi es un gran error, por favor, ¡No se las traslademos a los que nos rodean!

Cuando te digan “Tú no puedes” diles: ¡MIRA COMO LO HAGO!

Si, ya sé que esta parte nos resulta muy difícil, y más aún cuando nuestro rol es de madre, padre, o cualquier otro tipo de agente educativo. Las buenas intenciones están siempre presentes (o por lo menos en la gran mayoría de los casos), pero lamentablemente y de manera inconsciente lo hacemos.

No perdamos de vista que “mis límites son míos”, durante la semana del Campamento, tanto lxs niñxs como las madres y padres que acudieron me enseñaron, mejor dicho, me recordaron, que:

“El que quiere hacer algo conseguirá un medio, el que no, una excusa”

Y no me mal interpretéis, pero… ¿Qué mejor excusa que tener una prótesis que facilita mucho pero que no se comporta exactamente como una extremidad? Pues ahí va el ¡ZASKA! (que por supuesto no fue el único). No solo no es una excusa para ellxs, sino que es una OPORTUNIDAD. Este es uno de los principales puntos donde esta experiencia se ha convertido para mi en una LECCIÓN DE VIDA.

Ahí donde ves limitaciones en cualquier cosa que te propongas, pregúntate (como bien hace mi compi Jorge Ortiz de Urtaran en su libro “Y ahora ¿por qué no?”, (libro que recomiendo): ¿sabes hacerlo? ¿quieres? ¿puedes? ¿te lo mereces?

Os aseguro que ninguno de estos cuarenta GRANDES HÉROES han contestado con un NO a estas preguntas (por lo menos durante la semana compartida); han dicho SI a hacer multiaventura, han dicho SI a ser autónomos (a pesar de la corta edad de muchxs de ellos, y de la ausencia de mas de un miembro), han dicho SI a montarse en atracciones que dan vértigo, han dicho SI a recortar, pintar, nadar, correr, bailar…en fin…han dicho SI A DISFRUTAR y a ver OPORTUNIDADES, en lugar de excusas para realizar todo aquello que se propongan.

Pues eso. Que este campamento ha supuesto un total COMPLETO: hemos bailado, reído, llorado, superado límites… y lo mas importante, ¡HEMOS COMPARTIDO MOTIVOS!

No quiero cerrar estas reflexiones sin AGRADECER:

  • ¡GRACIAS A ESTHER!, porque de ella nace esta OPORTUNIDAD.
  • ¡GRACIAS A AFANIP! A ese gran EQUIPAZO de madres y padres que no sólo promueven y hacen posible esta semana increíble para todxs, sino que también se han ¡ATREVIDO A JUGAR!
  • ¡GRACIAS A OTTOBOCK! A ese equipo humano que hacen posible que estos GRANDES HÉROES dispongan de MEDIOS (prótesis que se encajen y funcionen correctamente).
  • ¡GRACIAS AL SUPERTEAM DEL ALBERGUE VALLE DE LOS ABEDULES! De verdad, desde el primer instante nos inyectaron un chute de energía que ha durado durante ocho días, y ha tenido unos efectos secundarios que, mucho me temo, van a estar presentes ¡TODA LA VIDA!

 

Beatriz Lafarga

Ingeniera de Emociones

Coach and Play

Superó mis expectativas

Hola a todos.

El dia que nació mi hija Belén, la vida puso en mis brazos un montón de retos no solo para ella, sino también para mí.

A día de hoy, creo que hemos superado las dos juntas unos cuantos, pero mi prioridad en estos momentos, es hacer de Belén, una niña lo suficientemente autónoma, como para que pueda superar las batallas que la vida le presente.

El año pasado, me comentaron la posibilidad de llevarla al campamento. Mil dudas me planteé… ¿Será demasiado pequeña, se pasará los días llorando cada vez que no me vea? ¿Estaré yo preparada para levantarla y dejarla durante todo el día con monitores como si fuera más mayor? Etc.

Yo tengo que reconocer que me costó varios días de “blandenguería” propia, porque iba como un flan llorando por las esquinas viendo como un grupo de niños con limitaciones aparentemente, plantaban cara a la vida y le decían aquí estoy yo y no tengo barrera que no pueda superar. Ver como estos niños se ayudaban entre ellos, cómo superaban ante actividades, que ni yo hubiera probado por vértigo, dificultad, etc.

Volví con la convicción de que debería de seguir llevándola cada año, y así volví a apuntarla.

Para resumir, deciros que Belén superó mis expectativas. Durmió en una cabaña con niñas de su edad, se duchaba sola, se vestía sola, se fue una noche a dormir fuera del campamento,aprendió a ponerse la manolita como nosotros llamamos a la prótesis sola, y lo más importante, se divirtió con letras mayúsculas.

Desde aquí, quiero dar las gracias a esos monitores maravillosos que son un amor, a esas madres y padres que junto a ellos, los días se pasaron entre mil risas, charlas hasta las tantas y una convivencia con gente que para mí son ya parte de mi vida, a Esther por supuesto, que siempre está en todo y para todos, las terapeutas, técnicos y todos los que de una manera u otra, hicieron que nuestros hijos fueran felices sin más.

Nos vemos el año que viene.

Aurora Huerta, madre de Belén.

Una experiencia increíble

Como madre, tengo que decir que el campamento ha sido una experiencia increíble desde todos los puntos de vista. He compartido nueve días con otros padres maravillosos de los que nunca he dejado de aprender. He visto a mi hija disfrutar a todas horas y siempre con una sonrisa en la cara jugando con sus amigos y monitores. He visto monitores como nunca los había visto antes… Personas buenas, muy buenas, dispuestas a dar lo mejor de sí mismos para que nuestros hijos aprendieran y se divirtieran.

Cuando le he preguntado a mi hija de cinco años qué le ha parecido el campamento para poder compartirlo aquí, me ha dicho que el campamento era como su casa, que se lo ha pasado genial, que sus monitores eran muy buenos y divertidos y que ha aprendido a hacer manualidades, a escalar, a tirarse por la tirolina y a bailar sin parar. Que se ha hecho más amiga de sus amigos Sol, Aarón, Alma, Belén, Miren, Aitana, Santi, Mario… Y que los echa de menos.

También comentaba que ha usado mucho su prótesis y que le gustado mucho ver las prótesis de los demás. Ha sido muy reconfortante para ella saber que no es la única que se encuentra en esa situación.

Vivimos con una emoción intensa cada día, y sobretodo la despedida. Tanto ella como yo estamos deseando veros a todos de nuevo!

Laura Jimeno, (Madre de Laura Carrero).

La gran labor de Ottobock y el COT

No podíamos olvidarnos de la gran labor que llevaron a cabo los compañeros de Ottobock y del Centro Ortopédico Tecnológico (COT).

Y como se puede aprender jugando y divirtiéndose  a la vez,  os contamos algunos de los talleres que durante meses han estado preparando las componentes de Ottobock y que tanto han gustado a los chavales.

La verdad es que el trabajo desarrollado por Laura, Paula e Inés durante esta semana, ha sido espectacular.  ¡Qué imaginación! no dejaron nada a la improvisación.  (Acordaros de las hueveras… jajaja). 

1.  Taller de espalda: 

Fue un taller dirigido a concienciar sobre la importancia de la columna vertebral y sus cuidados, así como del uso de la prótesis y su integración de la misma en las actividades cotidianas.

Se dividió el taller en pequeños y mayores. Los pequeños visualizaron un corto del colegio de fisioterapeutas sobre buenos hábitos posturales en el ámbito escolar y construyeron a “Esqueletín” un esqueleto multicolor con el que identificaron las diferentes partes del cuerpo.

Los mayores llevaron a cabo un trivial por grupos, respondiendo a preguntas relacionadas con la columna vertebral, sus cuidados y los beneficios del uso de la prótesis. Compartieron sus respuestas e hicieron una puesta en común para profundizar un poco más. Para finalizar llevaron a cabo la construcción de una columna por parejas, una actividad bimanual en la que pusieron de manifiesto lo aprendido en el taller.

2. Actividades bimanuales:

A través de la realización de actividades manuales podemos automatizar el manejo de la prótesis y trasladar el aprendizaje a tareas que realizamos día a día.

Nuestro objetivo es alcanzar el uso espontáneo de la prótesis con el fin conseguir la máxima autonomía e independencia en la realización de actividades de la vida diaria.

Pompero: actividad ocio-terapéutica que dividimos en dos partes:

* Construcción del pompero se realizó con dos palos a los que teníamos que atar lana con nudos construyendo un gran círculo para, posteriormente, conseguir la pompa más grande.

* Retos con el pompero: la utilización del mismo proponiendo diferentes retos como la pompa más larga, la pompa más grande…

Máscaras de animales: actividad en la que debían construir una máscara con cartulinas:

* Copiar la plantilla según el animal que habían escogido

* Recortar cada una de las partes de la máscaras

* Pegar todas las partes

Decoración fiesta: por grupos de edades debían encargarse de realizar un fotocall y unas guirnaldas. En esta actividad se llevaron a cabo muchas tareas diferentes como: colorear, recortar, pegar, pintar con pincel, inflar globos, construir figuras…

Proyecto final: construcción de recordatorio donde poner firmas, dedicatorias y momentos compartidos.

3.  ¿Cómo funciona una prótesis?

Gracias a los “amigos”  Chus y Manel del Centro Ortopédico Tecnológico, los chaval@s  escucharon de primera mano de qué componentes están compuestas sus prótesis, cómo funcionan, si se pueden mojar o no, qué hay que hacer para mantenerlas limpias, etc. A ellos también les tocó escuchar las opiniones de los niños y las mejoras que les proponen.

Los niños de miembro inferior conocieron un poco más acerca de las prótesis que llevan sus compañeros y cuáles son las diferencias entre unas y otras.

4. Visita de Ramón, amputado traumático y usuario de prótesis inferior.

Gracias a Ottocok, los chavales pudieron conocer a Ramón, con quien compartieron experiencias,  dudas, risas, retos… Pusieron en común expectativas, trucos, consejos… Fue una gran experiencia para todos.

También se dedicó un tiempo para hablar de cómo se sienten los peques en relación a las miradas de gente que no lleva prótesis y cómo aprender a gestionarlo gracias a la presencia de nuestra coach Bea Lafarga.  (en unos días llegará el turno de hablar de ella). 

¡Muchísimas gracias de nuevo a Ottobock y Centro Ortopédico Tecnólogico por apostar un año más por este proyecto! ¡El año que viene más y mejor!

Agradecimientos al Albergue Valle Los Abedules

Hay veces que oigo a mi alrededor a familias que tienen miedo de apuntar a sus hijos a un campamento de verano porque no saben si estarán bien atendidos, si verdaderamente se divertirán y un largo etcétera de miedos.

Soy una de las privilegiadas, que sin pertenecer al Albergue Valle Los Abedules, he vivido lo que es un campamento desde dentro y lo único que puedo decir es que si en todos los albergues tratan a los niñ@s como tratan en éste a los nuestros, hacemos muy bien en mandar a nuestros hij@s a estos lugares y darles la oportunidad de conocer nuevas experiencias fuera de su zona de confort.     

Recuerdo la energía y vitalidad con la que los monitores nos despertabais a la mañana, siempre con una sonrisa en la boca y con una marcha como si fuese el primer día. Con el cariño y dedicación que habéis tratado a nuestros hij@s, siempre pendiente de todo y de todos, desde los más pequeñajos hasta los adolescentes. Siempre al lado del que necesitaba más ayuda y atención. Enseguida nos pedisteis que os enseñáramos a ponerles las prótesis, que vosotros os encargabais de ayudarles a vestirse, que no nos necesitabais en el comedor… Día a día os los hicisteis vuestros y no hay más que ver que el último día no había ningún niñ@ sentado en su silla ¡Todos a bailar!

Muchísimas gracias a todos los monitores del Albergue pero muy especialmente a los que tanto han cuidado a lo que más queremos: Emi, Virginia, Oscar, Marcos, Marina, Alicia, Maria y Aurora.  Habéis sido los mejores amigos que nuestros hij@s han podido tener en estos días. Os llevan en sus corazones seguro.

Y también una mención especialísima a los monitores del grupo Ava Ocio por enseñarnos una realidad que no estamos acostumbrados a ver pero que no por ello deja de existir.

Emi, Nacho, Paco y Javier. Muchísimas gracias al Albergue Valle Los Abedules por el trato recibido por segundo año consecutivo. No hemos podido elegir mejor lugar para celebrar este campamento tan especial, ni mejores  personas.

¡¡¡¡ Hasta el año que viene !!!

Dura experiencia pero gran aprendizaje

Hola a todos, soy Amparo, la mamá de Mario. He asistido este año por primera vez al campamento compartiendo motivos y voy a relatar un poco cómo ha sido mi experiencia.

Yo no conocía este campamento y un día cuando fui a la revisión de la prótesis de mi hijo, Manel el protésico,  me informó de este campamento. Yo no estaba convencida porque mi pequeño tiene 5 años y yo lo veía muy pequeño para mandarlo solo al campamento, entonces Manel me comentó que yo iría con él, desde ese momento supe que lo teníamos que hacer porque tenía que ser algo muy bueno para mi hijo. Me puse en contacto con Esther de AFANIP y con lo que hablé con ella ya me quedo claro que Mario y yo íbamos al campamento.

Llego el día de ir al campamento. Mario estaba muy contento. Yo la verdad el día de llegar al campamento lo viví con mucho nerviosismo, miedo y respeto porque no sabía muy bien lo que me iba a encontrar. Creo que lo viví así, porque dejaba a mi otra hija en casa, porque no sabía cómo se iba a desenvolver Mario y la verdad porque no sé si realmente estaba preparada para ver a más niños en la misma situación o en situación diferente que Mario.

Cuando llegué al campamento, me despedí de mi familia y me quedé allí con más papis, monitores y niños que no conocía. Tengo que admitir que para mí los primeros días fueron duros porque te tienes que despegar de tu pequeño para que haga bien las actividades con los monitores, que realmente es lo que les viene bien, porque ves a muchos niños con discapacidades diferentes a las de tu hijo y ya te vas dando cuenta que lo de tu hijo no es lo peor.

Poco a poco fueron pasando los días, y tengo que confesar que estuve a punto de abandonar pero me fui dando cuenta de que todo lo que me estaba pasando era normal, era una dura experiencia pero un gran aprendizaje de amor. Estaba con un montón de niños que me estaban dando una lección de vida alucinante, desde niños con una prótesis en el miembro superior hasta niños con una prótesis de miembro inferior y que eran felices, no, eran SUPER FELICES. Todos estos niños estaban felices porque no tenían que estar dando ninguna clase de explicaciones a nadie y estaban disfrutando de un campamento con actividades y amigos a tope.

Me alegro y doy gracias a esos papis, monitores y terapeutas que me abrieron los ojos para ver que todo lo que estaba haciendo Mario era lo mejor, que estaba mejorando mucho y que también era normal todo lo que nos estaba pasando.

Gracias a todo esto terminamos el campamento y tengo que decir que estoy súper contenta con AFANIP, con los papis, con los monitores y terapeutas que han estado con mi hijo. Le han enseñado mucho y lo más importante, es que mi hijo se ha sentido como uno más, sin tener que aguantar las preguntas de “¿Por qué no tienes mano?”, porque allí todos han sido felices sin tener que aguantar esas preguntas, ni miradas de la sociedad. Le han enseñado a él y a mí, porque todos estos niños me han enseñado en estos nueve días un crecimiento personal alucinante.

Con toda esta experiencia digo, que todo lo bueno, bueno de verdad se acaba… por lo que, nos despedimos de esta maravillosa experiencia. Y con una promesa en el Alma: volver.

Moraleja, Dedicada a mis peques:

NO VIVAS DANDO TANTAS EXPLICACIONES, tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden.

ERES DUEÑO DE TU VIDA y tienes derecho a DECIDIR POR TI, qué hacer y qué decir en el momento que quieras. Si te equivocas, aprenderás de esa mala experiencia… y si te sale bien, le sacarás provecho y lo disfrutarás.

LO IMPORTANTE es que nunca dejes de SER TÚ MISMO por conformar a los demás.

Tu vida es única y sólo tuya, disfrútala a tu manera y sé feliz.

Amparo Carrera   

Esta edición ha estado genial

Para unos era la primera vez que visitaban el Campamento CM, y saben que repetirán 😉 pero es que para otros ya era su segundo año! Prueba de ésto es este otro testimonio, en este caso, de una de nuestras acampadoras. Lucía Ortega nos cuenta cómo ha sido su experiencia:

Lucía Ortega: Ciudad Real.  12 Años

Campamento Compartiendo Motivos♥

Este ha sido mi segundo campamento “Compartiendo Motivos” y para mí no encontraría otro mejor.

Este campamento nos ayuda mucho para relacionarnos con gente que es igual que tú, nos ayuda a hacer actividades con la prótesis, y sobre todo…¡A pasárnoslo bien!

Las cosas que hacen guay este campamento son muchas. Y es que al ser todos iguales nadie te va a mirar raro y vas a estar a gusto. Además de llevarnos todos muy bien, tanto con los pequeños como los mayores, también las cosas que lo hacen guay son todas esas actividades tan chulas que hemos realizado como el “scape room”, “tirolinas”, “rocódromos” y ¡muchas más!

Otra cosa que lo hace aún mejor son esas veladas tan guais que pasamos con los monitores, como “Romel y Mongomeri”, zombies, etc…

¡Y q no faltarán los bailes en las comidas y cenas! Y la canción con las manos que tirábamos todo el agua jajajaja.

También otra cosa super importante son los monitores, que no los hay mejores, están en el punto perfecto, ni muy locos ni muy sosos.

También aprendemos mucho con las terapeutas de ottobock, nos ayudan mucho a usar mejor nuestras prótesis.

Esta edición del campamento a estado genial, me ha gustado todo, y además la última noche tuvimos un fiestón en unión con otro grupo que también estaba de campamento en el Albergue, y con los que también nos llevamos muy bien. Hubo música y de todo y la última mañana pusieron carritos de chuches, hamburguesas y perritos, además de q lloramos al tener que despedirnos para irnos.

Para mí, el año que viene me gustaría que si este campamento han sido 8 días, que el siguiente fueran 12 días y que hubiera más carritos de comida como otros años. (por pedir….)

Estamos todos deseando que llegue el siguiente campamento.

Un punto de inflexion

Tras recibir varias valoraciones positivas del campamento, hemos querido compartir con vosotros alguna de ellas. En este caso, os dejamos un testimonio de uno de los padres cuyo hijo ha asistido este año. Es para nosotros un placer poder ser partícipes de esta experiencia:

Hola a todos, soy un papá de un nene con agnesia del miembro superior, tiene 5 años recién cumplidos, por lo que este ha sido nuestro primer Campamento Compartiendo Motivos.

Voy a relatar nuestro paso por el campamento de este año en el albergue Abedules de Bustarviejo, y cuando digo “nuestro” lo digo porque para mi también ha sido la primera vez que he llevado a mi hijo a un campamento y yo con él, ya que me quedé porque no llegaba a la edad.

En primer lugar y antes de empezar a describir mi experiencia, necesito agradecer a AFANIP y en particular a los miembros de coordinación que hicieron posible que todo saliera a la perfección y al equipo de técnicos y educadores que día a día se ganaron a todos los peques y mayores del campamento.

Los primeros días fueron duros tanto para él como para mi, ya que el peque se encontraba fuera de lugar y no conocía a nadie. Conforme fueron pasando los días pude ver como evolucionaba tanto social como personalmente, ya había hecho nuevos amiguitos en los primeros días y empezaba a ser más participe en las actividades que tenía con su grupo del campamento. 

Por mi parte, estuve bastante arropado por el resto de padres y madres del campamento que se quedaron como yo a pernoctar hasta el fin del campa, por lo que cada día que pasaba me encontraba más a gusto, con ganas e incertidumbre de saber hasta donde podría llegar mi hijo en su evolución personal.

La verdad es que como papa de un niño de 5 años recién cumplidos, era un poco reticente con respecto a la finalidad de su primer campamento, pero los días fueron posicionando mis ideas en positivo, puesto que sin duda alguna, este campamento ha sido un punto de inflexión a su corta edad.

Aitor, aprendió a ponerse la prótesis solo, cosa que no había hecho jamás en casa, como ducharse, vestirse, asearse… en fin, muchas cosas más que me gustaría sinceramente que al papa o mama que se esté pensando si lleva a su hija/o al campamento por primera vez lo descubrieran por si solos.

Sin ninguna duda volveremos a pasar ese gran momento y mejores con esta gran familia.

Fdo.: Un padre agradecido